Triple-doble de Luka Doncic como herramienta de liderazgo de los Mavs, que fueron un verdadero equipo y se ponen por delante de los Clippers.
Monumental. Si se hace memoria y se recuerda la serie del año pasado, a la mente van palos, golpes, tretas, mucho físico y también buen juego. Es la misma eliminatoria en el mismo escenario, la primera ronda del Oeste, y se subió la temperatura cuando los Mavs se pusieron manos a la obra como equipo y salvando situaciones muy desventajosas. Pues bien, hay partido. Mejor dicho, hay más partidos. En el primero la machada de los texanos es fina, tanto que se llevan el factor-cancha para Dallas sí o sí. Abren con 0-1. Ahora toca mover a Tyronn Lue, que ya estaba en 2020 de segundo y ahora está viendo los fantasmas del pasado. Su equipo fue un esperpento en los momentos calientes, aguantado por Kawhi Leonard en la primera mitad y echado a los perros por el mismo jugador cuando ya le quedaba poco físico. Pocas ideas y muchas en el otro lado, con unos Mavericks que demuestran que han ganado como equipo y que van con el cuchillo entre los dientes.
El final horrendo de los Clippers le condenó ante su público y presenta varios frentes en los que trabajar. Porque no ha sido sólo Doncic, hay varios oponentes que les han tocado la oreja. Dallas sale muy reforzada de este primer envite y no únicamente por llevarse la victoria.
Si concretamos todo en un jugador, evidentemente es Luka Doncic. El esloveno dio un clínic ya en la primera parte, yéndose al descanso por encima de la veintena, y y luego le valieron un par de triples casi seguidos para centrarse en otra de las facetas que se le pide: la de encauzar el juego, llevar el caudal a buen puerto. Se ayudó de un Brunson mejorado, con un paso adelante, y del excepcional estado de forma de Hardaway en ataque. Finney-Smith, en positivo en los dos lados. El esloveno acabó con 31+10+11, otro triple-doble para su cuenta, y aguantando el peso durante la mayoría de minutos en cancha para que terminaran por rematar sus compañeros. La labor coral, opuesta al desastre que se vive en los Clippers en este 2021 que empieza a coger tintes de burbuja floridana.