El base español cambia por tercera vez de equipo en menos de un año, pero a un destino mucho menos competitivo de lo esperado.
Ricky Rubio jugará la próxima temporada en los Cleveland Cavaliers… De momento. Los Minnesota Timberwolves habrían llegado a un acuerdo con la franquicia de Ohio, según ha adelantado el periodista de la ESPN Adrian Wojnarowski. En el traspaso los Cavs también recibirían una segunda ronda y algo de dinero, mientras que los Wolves se llevarían a Taurean Prince.
Lo de “De momento” es porque hace menos de un año, en la anterior agencia libre, Ricky ya fue traspasado de los Phoenix Suns a los Oklahoma City Thunder, pero allí sólo estuvo unas horas, antes de volver a la que fue su primera casa en la NBA, Minnesota, donde ha disputado la última temporada. El denominador común de todos estos destinos es que se trata de equipos que no han estado ni cerca de pelear por puesto de playoffs.
En concreto, los Cavaliers acabaron con el cuarto peor récord de la liga (igualados precisamente con los Thunder en 22 victorias y 50 derrotas). Además, sus dos jugadores más importantes son Colin Sexton y Darius Garland, dos bases-escoltas, por lo que se podría pensar que también pueda estar de paso en Cleveland, pero Chris Fedor, periodista especializado en la franquicia de Ohio, asegura que los Cavs tienen intención de quedarse con él.
A Ricky le queda un año de contrato, por lo que en verano de 2022 podría elegir otro destino. Pero de momento pasar un año en Cleveland seguramente no entraba en sus planes. Su salida de Minnesota se daba por hecha. Los Wolves tienen a D’Angelo Russell como una de sus estrellas, un jugador que ya ha sido all star y por el que negociaron en su momento con los Warriors, y es el base titular. En ese sentido Ricky no tenía sitio, al menos de titular. Pero todos los nombres que habían aparecido hasta ahora como posibles destinos eran bastante más motivantes: Los Angeles Lakers, Los Angeles Clippers, Boston Celtics… equipos con aspiración de anillo. El gran inicio del base de El Masnou en los Juegos Olímpicos reforzaba esta teoría. Finalmente tendrá que volver a encontrar la motivación de competir en un equipo sin grandes aspiraciones deportivas. Al menos volverá a reencontrarse con Kevin Love, el primer gran jugador con el que compartió vestuario en la NBA.