El cuadro de Vidorreta sigue firme en la defensa de la tercera plaza. Los ‘hombres de negro’ aguantaron hasta el tercer cuarto, pero no pudieron con el listón físico del enemigo.
Canarias registra una hora después lo que va pasando en la península, pero el reloj fue muy puntual en el Tenerife-Bilbao Basket. Entre un equipo sólidamente asentado en la tercera plaza y otro que malvive penúltimo en la zona de descenso pocas veces suele haber sorpresas. El conjunto vizcaíno fue aguantando hasta donde pudo, pero murió como de costumbre, por desgaste físico y flaqueza anímica. Su moral es quebradiza como un folio bajo el agua y la del cuadro insular es puro acero. Huertas, sin el marcaje pegajoso que hace falta cuando se trata de un jugador en estado de gracia, cogió la batuta firmemente y dirigió la orquesta con solvencia. Y cuando descansó le imitó Fitipaldo. Dos que forman una de las mejores parejas que hay en la ACB. Ante el mal día del perímetro, las fotos fueron para los que llevan el volante en medio campo. El plantel canario ha perdido muy poco en casa este año y no iba a ser esta la sorpresa de la jornada. Ya tiene asegurado el factor campo en el primer cruce del playoff.
Shermadini, la estrella del Lenovo, esta vez fue un actor secundario, aunque también aportó lo suyo. El pulso con Balvin era el gran cartel del partido, pero es que por ahí andaban dos bases que son pura delicia. Entre el checo y un bravo Dos Anjos pudieron mitigar el daño bajo el aro del MVP de esta Liga. El puesto de uno acabó al final siendo clave. En el equipo visitante se estrenó Athinaiou. No es un microondas, desde luego, pero se trata de un jugador experto y puede amenazar desde fuera. Maneja los ataques con calma, y tras una sesión y media con el equipo, se limitó a pedir bloqueos para generar desde ahí, ya que desconoce las jugadas que todos sus compañeros controlan desde hace meses. Difícilmente olvidará su estreno en la ACB, ante dos rivales que sumaron 45 de valoración entre ambos.
El partido, adelantado de la jornada 36, se decantó en el tercer acto, cuando el Tenerife elevó el ritmo y endureció su defensa. Los parciales por despistes siguen lastrando a los vizcaínos. En el segundo cuarto llegó un 10-2 que ya anunciaba curvas. No entraron tres tiros abiertos entre Brown y Reyes después de una buena circulación y se cayó todo. Brown se torció el tobillo en una entrada a canasta de esas suyas suspendido en el aire y acabó doliéndose del empeine. Lo que le faltaba al equipo. Jaylon intentó volver a salir pero al de poco comprobó no podía. Ya se perdió lo bueno del año pasado por una lesión en el pie.
Esa acción paralizó al RETABet después de un primer cuarto muy fluido y esperanzador, con buenos puntos interiores, uno contra uno soberbios y alternativas defensivas que generaron dudas en el enemigo. Fallaba el acierto exterior por ambos lados. Tras el descanso el Lenovo dio ese paso al frente con un triple de Doornekamp, el primero en todo el partido, y seis puntos seguidos de Sulej. Lo demás era solo un esfuerzo por aguantar ese demarraje. Guerra se sumó a la fiesta de los bases chicharreros y ya empezó a faltar continuidad en el bando vasco. Kulboka se quedó sin jugar. Un viaje largo para quedarse en el rincón de pensar, aunque para eso podía haber ido Huskic. Cada vez que los bilbaínos amagaban una reacción, llegaba Huertas para echar la manguera y sofocar el incendio. Ante las faltas de los cincos, Sulejmanovic resolvió como poste los pocos rescoldos de emoción que quedaban. Se fueron a los 21 de ventaja. Muchos ex de Miribilla ejerciendo de verdugos. Salin no jugó por lesión. Kljajic y Reyes pudieron disfrutar de algún minuto y el Bilbao trató de agarrar buenas sensaciones para otra final, el domingo en Valencia.