El ala-pívot se desmarca de sus compañeros de generación y asegura que el baloncesto de hoy desgasta mucho más. “El nuevo estilo está a otro nivel”.

El debate es recurrente, pero casi siempre iba para el mismo sitio. Las estrellas del pasado reivindicaban su condición y criticaban a las del presente, asegurando por el camino que sus equipos ganarían a los actuales y que algunos equipos de hoy día no vencerían a los suyos ni podrían jugar contra ellos, en un estilo de juego radicalmente distinto. Ahí es donde siempre se movían Charles Barkley y Shaquille O’Neal, que hace poco provocaron cierta polémica al criticar abiertamente a Donovan Mitchell en la TNT y en directo, algo que enfureció a varios de los jugadores en activo, con Kevin Durant a la cabeza. Eso sí, a la pareja de analistas (o de cómicos, según cómo se mire) les ha salido un competidor: Kevin Garnett. El ala-pívot, uno de los mejores de la historia en su posición, se ha mostrado contrario a esa opinión generalizada que dice que todo tiempo pasado fue mejor, y se ha desmarcado de una opinión no del todo compartida pero que ha suscitado mucho debate y alguna que otra polémica. Más por las formas que por el fondo, claro.

“No creo que los jugadores de hace 20 años pudieran jugar hoy“, aseguraba Garnett recientemente, en declaraciones que han recogido muchos medios de comunicación estadounidenses como Sports Illustrated. “Quiero que vayas a a la esquina, lences un triple y eso lo repitas 10 veces. Luego concéntrate en lo cansado que estás. Y estos jugadores hacen esto durante 48 minutos“, aseguraba la que fuera estrella de Timberwolves, Celtics y Nets, que además ha asegurado que el estilo de baloncesto actual está “a otro nivel“. Declaraciones atrevidas que, ya hemos dicho, contrastan con las de otras leyendas retiradas que, curiosamente, vivieron su momento álgido en los 90, a diferencia de un Garnett que llegó a la Liga en 1995 pero no alcanzó su apogeo hasta inicios de siglo XXI, antes de tocar la gloria con los Celtics, en 2008. Es más común ver la crítica a las generaciones actuales en los jugadores de finales del siglo pasado (Michael Jordan y Scottie Pippen también pertenecen a este club) que en los que llegaron después. La excepción, quizá, está en Shaquille, que confluye entre ambas generaciones y se ha posicionado si pudor con Barkley y compañía.

En última instancia, el debate es imposible de resolver. Los jugadores de hoy no son los de ayer, y viceversa. Cada etapa ha tenido sus referencias. Pero, como bien ha señalado Garnett (que ha indicado que Stephen Curry y Klay Thompson son los adalides de esta nueva era), es difícilmente posible ver incluso a los escoltas de entonces hacer lo que hacen los actuales. La discusión, una vez más, no lleva a ningún sitio: sería curioso ver a Shaquille O’Neal defendido por Draymond Green en una serie de playoffs, con el riesgo que supone para el segundo verse apabullado por un hombre que, por ejemplo, pasó por encima de Dikembe Mutombo (que hizo lo que pudo), uno de los mejores defensores de la historia, en las Finales de 2001. Pero sería igual de interesante ver a Shaq en el baloncesto actual. Al fin y al cabo, ¿a quién defendería en un equipo lleno de bajitos en el que los cinco jugadores están abiertos? Si se cruzara con Curry, el roto podría ser espectacular. La conclusión, al margen de los jugadores objetivamente atemporales (Kobe, Jordan, LeBron, Durant…) es que todos tienen razón… y que ninguno la tiene. Así es la vida. Y la NBA, claro.

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