El argentino cuajó su mejor partido desde su llegada a la NBA y finalizó con 16 puntos. Los Kings resisten y siguen vivos en la lucha por el play-in.

Gabriel Deck suma y sigue. El exjugador del Real Madrid no hace más que mejorar desde que llegó a la NBA, para disputar, esta temporada, 10 partidos que le reportarán 3,9 millones de dólares. Ese salary floor, muy beneficioso en su caso, le permitió aceptar una oferta mareante que le daba unos beneficios mucho mayores que los que tenía en el equipo blanco, al que abandonó tras conseguir la clasificación para los playoffs de la Euroliga. Deck se iba a la mejor Liga del mundo para ganar dinero y probar suerte, debutaba tras un sainete tremendo en el que hubo retrasos en los visados y cuarentenas obligatorias, y se quitaba la ansiedad haciéndose un hueco en la rotación y teniendo así minutos de cara a los Juegos Olímpicos de Tokio, que salvo sorpresa (o desgracia, esperemos que no) disputará con Argentina. En su debut ante los Pelicans, sumó 2 puntos, 2 rebotes y 2 asistencias. Mejoró ante los Pacers, con 8 tantos y 10 rechaces, aumentando sus minutos de 14 a 24, pero sufriendo una paliza histórica, en la que OKC recibió 154 puntos y cayó de 57. Contra los Suns superó la decena en anotación por primera vez, y llegó a 11 puntos, 6 rebotes y 3 asistencias. Y ahora, contra los Kings, ha cuajado su mejor actuación en la NBA: 16+3+3.

Lo que Deck no ha conocido todavía en la NBA es la victoria. Y bien podría quedarse sin ella esta temporada, con los Thunder mirando al futuro y sin jugarse nada ante equipos que sí lo hacen. OKC está en plena reconstrucción tras el adiós, estos últimos años, de todos y de todo, incluyendo Russell Westbrook y un Chris Paul que llegó y enamoró el año pasado para irse al desierto de Arizona con su espectacular contrato. Entre tanta salida, también la del entrenador Billy Donovan, Sam Presti, General Manager, se ha dedicado a reformar y amarrar las bases de un futuro que puede ser prometedor a medio-largo plazo. Mark Daigneault llegaba a la entidad con 35 años y preparado para ser un entrenador que creciera con el proyecto. Y las rondas del draft se acumulaban en exceso en las arcas de la franquicia, que tiene selecciones para el próximo siglo (una hipérbole de tantas). Los anillos no se ganan (solo) con esto, pero Presti debe de tener un plan que puede salir bien… o mal, claro. Recordemos fue el hacedor del proyecto anterior, uno que también surgió del draft, empezando en Seattle y acabando en Oklahoma; el de Kevin Durant, Russell Westbrook, James Harden… ¿se acuerdan? Pues no ganaron el anillo.

En el partido ante los Kings, estaba un equipo herido en su orgullo y en su historia y que se resiste, después de una (otra) temporada desastrosa, a tirar la toalla. Está a 3,5 partidos del décimo puesto que da acceso al play-in, el de los Spurs, y tienen siete compromisos más antes de que finalice la regular season: uno, ante los texanos, y otros dos contra los Grizzlies, que van novenos y les sacan 4,5 victorias. Es decir, que existe la posibilidad pero sigue siendo remota, de que jueguen esa especie de previa que se ha inventado la NBA… pero claro, luego tendrían que ganarla. Para evitar, entre otras cosas, su ausencia de playoffs por 15ª temporada consecutiva, un récord histórico negativo con el que igualarían a los Clippers del tacaño Donald Sterling, que hicieron lo propio de 1976 a 1991, en una racha que se inició en Buffalo, pasó por San Diego y finalizó en Los Angeles. A ese nivel han llegado los Kings, que no levantan cabeza desde que Rick Adelman salió de la franquicia para no volver. Problemas estructurales, en el banquillo con Luke Walton y deportivos, claro. Todo les sale mal. Pero siguen vivos, claro. Al menos, por ahora.

Ante los Thunder, hubo hasta siete jugadores por encima de los 10 puntos a pesar de importantes ausencias, como la de De’Aaron Fox o Harrison Barnes. Y el mejor del partido fue Buddy Hield, que compensó su mala noche en el tiro (5 de 16, todos los aciertos en forma de triples) con 18 puntos, 11 rebotes, 4 asistencias y un +11 con él en pista. Terence Davis, con otros 18 tantos, le acompañó en la ofensiva. Y en OKC, además de los 16 puntos de Deck, destacaron los 24, con 11 rebotes, de Darius Bazley. Ahora, solo queda por ver cómo se desarrolla el final de temporada para el argentino, cuyo rendimiento puede ser clave de cara a sus minutos el próximo curso. Y también nos falta por descubrir qué pasará con los Kings, un equipo abocado al fracaso que deberá hacer, si todo sigue el orden normal de las cosas, cambios importantes de cara al futuro próximo. Uno en el que tienen la obligación de salir del pozo o hundirse más. Algo que, todo hay que decirlo, es complicado. Incluso para ellos.

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