Los blancos se levantan 72 horas después de perder contra el Barça con una gran victoria en la cancha del Baskonia. Buen partido de Alocén. Deck, brillante y Tavares, descomunal.
Después de perder su sexto partido frente a un equipo español en la Euroliga, tocaba desafío inmediato en Vitoria, en una Liga que lidera con puño de hierro y donde sí ha vencido al Valencia y ahora al Baskonia por partida doble. El Madrid demostró que sabe digerir las frustraciones, que en estos años ha aprendido a ganar, pero también a levantarse rápido, que es un tipo duro. La presencia de Tavares resultó demoledora: 15 puntos (5 de 5 de dos), 12 rebotes, 2 asistencias y 5 tapones para 37 de valoración (y +32 con él en pista). El referente de un quinteto que formó junto con Alocén, Causeur, Deck y Thompkins que funcionó realmente bien. Atrás y en ataque, cogiendo en falta a la defensa vitoriana. Actuación de mucho mérito del base maño, perfecto para su aprendizaje. Y nuevo partidazo de Deck (18+5+4 asistencias para 22 créditos).
Apenas 72 horas después de la gran sensación de impotencia que le dejó el Barça, el Madrid escondió sus problemas ofensivos y de generación de juego para completar una primera parte brillante con 45 puntos (27 en el primer cuarto), 11 asistencias y… ninguna pérdida. Sí, ninguna, cuando venía rondando (y superando) las 20 por partido en varios de sus últimos compromisos y frente a un rival, esta vez, especialista en las recuperaciones. En pie abrazado al mismo pilar de siempre, eso sí, Tavares, que disputó un primer cuarto antológico (8 tantos, 4 rebotes, 1 asistencia y 4 tapones para 17 de valoración), y facilitó la circulación y los espacios para sus compañeros, para los triples de Deck, por ejemplo. Doblegó a Jekiri y también a Fall, que se le había atragantado en los duelos previos. Cuando se tomó un respiro en el banco su equipo viajaba con +14 (20-34) y tres minutos después sus compañeros habían perdido 8 tantos de la renta con un ataque plano, plagado de tiros sin convicción y sin amenazar por dentro. Alocén rompió la sequía en una galopada y Thompkins encadenó tres canastones frente a Peters y también Polonara. Ivanovic lamentaba la mala actitud defensiva de los suyos mientras Vildora activaba el modo héroe con 11 puntos. Qué gozada ver jugar al argentino, un manantial de talento.
Se esperaba un giro de tuerca atrás vitoriano, pero este no llegó de inmediato. La reanudación fue una copia del primer cuarto (y el mismo quinteto blanco, el estelar este domingo) con un defensa merengue pletórica en concentración y movilidad, recuperando situaciones desfavorables con eficacia e intervención de todo el quinteto. En ataque, Causeur lo bordaba (dos triples y dos tiros libres casi seguidos). Pero llegó el bajón, llegaron las pérdidas, provocadas por el Baskonia y no provocadas. Diop capeó el temporal cuando más arreciaba (41-57) y, entonces, Alocén dos pérdidas, que arriesgó y volvió a arriesgar innecesariamente, lo que abrió la espita: otras tres bolas extraviadas por Causeur y una de Laprovittola. Los de Ivanovic subían líneas, aparecía Henry y… 60-66 para cerrar el tercer periodo.
El Baskonia enseñaba los dientes, el Madrid apretó los suyos. Quiso y pudo evitar que la gran labor previa se escapara por el desagüe. Quedaba bastante aún de lo que había levantado y construyó sobre eso. Entraba Carroll por primera vez, con las miradas que atrae y con un triple, y su equipo recuperaba la calma, con canastas cerca del aro en superioridad física por la apuesta local de juntar a dos interiores pequeños, y el tono defensivo (Henry, eso sí, erró varios triples cómodos). Un parcial de 2-19 (62-85) era un puntapié simbólico al pulso. El Madrid lleva 23 de 24, una proeza dadas las curvas con las que ha lidiado.