Sometió con sorprendente solvencia a todo un campeón de la Champions, un Burgos perplejo, y suma dos victorias seguidas, empata con el Estudiantes y reaviva la emoción por abajo. Hakanson, estelar.

Cuando uno gana a un bicampeón de Europa ¿qué es? ¿Cómo se rotula eso? ¿Se canjea por acciones de la permanencia en la ACB? No es fácil resumir lo que ha pasado en Miribilla esta tarde. El RETAbet, un equipo moribundo, recién salido de las garras del Covid humillando a todo un Burgos, al que tuvo en la lona con 21 puntos de desventaja. Una transformación portentosa, un milagro que a veces se ha visto con el pabellón con más magia de la ACB repleto, en plena combustión, pero jamás con este vacío absoluto. Si esta gente tenía una mochila llena de piedras, el triunfo les pone en órbita anímicamente, en una galaxia lejana. Están empatados con el Estu y deben superarle porque el ‘average’ es para los colegiales. A estos les queda recibir precisamente al Burgos y a los vizcaínos, visitar al Madrid y acabar en casa ante la Penya.

Nada hacía presagiar ese desenlace en la puesta en escena, cuando los visitantes amanecieron sin la mentalidad precisa. “No hemos venido con la tensión suficiente”, señaló. Francisco Javier Hernández, ayudante de Peñarroya, que no compareció en sala de prensa tras ser expulsado.  Se seguían las rutinas habituales en el vicecolista, que hizo el pasillo al campeón europeo y ya con el balón en juego parecía seguir con esa disposición hacia la canasta. Encajaba muchos puntos en la pintura, 12 en el 14-18. Rivero se hacía muy grande bajo el aro y el Hereda San Pablo movía la pelota con claridad a media distancia. Los locales abusaban del triple, estaban desorganizados. Mumbrú hizo coincidir en cancha a Hakanson y Athinaiou.

Una de las estampas del día la representaba el pundonor de Serron, que sigue tocado físicamente en una rodilla. Sus tiros lejanos eran pedradas con amenaza al cristal, pero era capaz de levantar un balón bajo el aro y aportar esa energía que tanto necesita el equipo bilbaíno. Y en el tramo final de segundo acto, Brown levantó al grupo con su gasolina. Ese acto se fue al limbo con 24-14. Tuvo fases de absoluta locura, descontroladas, pero gracias a los chispazos del escolta norteamericano, el RETAbet se lo empezó a creer. También intervino decisivamente Totè aguantó en defensa y aportó ese punto necesario para proteger la zona cuando se ausentaba Balvin, jugador franquicia en Miribilla. Si hasta ese momento todo había dependido del talento individual de Jenkins, el equipo empezó a organizarse, a construir desde los balones interiores. El Burgos pudo vivir de los errores clamorosos del conjunto vizcaíno y los ocho regalos en forma de pérdida con situaciones claras. El rebote era síntoma claro de quién tenía más ganas: 13-3. Brown fue la estrella en ese momento: 40-34 al descanso. La mejor defensa de la temporada hacía pensar: ¿Y si sí?

Hakanson encendió la máquina de sumar puntos tras el descanso, con ocho seguidos y el tope de la ventaja vasca: 50-37, a 7:48 para acabar el cuarto. Balvin cogió a Rivero para frenar al hombre más inspirado del Burgos y Kulboka hizo lo que pudo con Kravic, un hombre mucho más grande. La ventaja crecía y crecía y el base sueco estaba como flotando en una nube: 58-41 (-15.17). Vivir para creer. Cometió su tercera falta personal a 13.54 para acabar y se tomó un respiro.

Los tres entrenadores del Bilbao Basket vivían levantados los 40 minutos y marcaban la enorme intensidad local. La duda era: ¿hasta dónde le llevarían las fuerzas al Bilbao Basket? Los protagonistas descansaron y Brown, con un recital de pases, apadrinó el 69-52 a 50 segundos para último cuarto.

El partido cogió color. Y Peñarroya, siempre un azote para los árbitros, andaba mosqueado por la línea de su equipo. Vio dos técnicas y desfiló a vestuarios. Otra recibió Cook, el más veterano del lugar. Vaya dos torpes favores al Bilbao Basket, que se fue al techo de ventaja: 75-54. El cansancio hacia mella en las filas vizcaínas, mientras Hakanson-Brown seguían pidiendo a gritos que el sueño no acabara. Benite empezó a meter canastones, hasta acercar a los castellanos a un sispuro. No fallaba nada, metió 21 en el último acto. Pero la gloria estaba reservada para el Bilbao Basket, que al fin ganó a uno de los 12 primeros. Segunda tacada de dos triunfos tras el Gipuzkoa-Betis. ¿Alguien da más?

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Fran Hernández: “No hemos venido con la tensión suficiente”

Fran Hernández, entrenador ayudante del Hereda San Pablo Burgos, subrayó que una de las claves de la derrota de su equipo frente al RETAbet Bilbao Basket fue que no llegaron a Miribilla “con la tensión suficiente contra un equipo que se está jugando la salvación”.

“Veníamos de ganar la Champions, pero habíamos trabajado toda la semana para preparar este partido y tendremos que corregir muchas cosas contra Estudiantes”, subrayó el técnico madrileño que compareció en la rueda de prensa posterior tras la descalificación durante el encuentro del primer entrenador, Joan Peñarroya.

Hernández añadió que después de haber “entrado bien” en el partido, “con situaciones cómodas en ataque”, “con el paso de los minutos” bajaron “el nivel defensivo concediendo canastas fáciles unidas al buen juego del Bilbao Basket”.

“Después del descanso no fue la puesta en escena que queríamos y no hemos entrado con la mentalidad suficiente para competir un partido contra un equipo que se jugaba mucho en la pista. Han preparado muy bien el partido buscando situaciones en las que no hemos estado cómodos”, admitió Hernández.

El técnico añadió que la descalificación de Peñarroya en el tercer cuarto “animó a los jugadores a querer dar una respuesta” y consiguieron así “dar un pasito más, pero más con el corazón que con la cabeza”.

“Nos hemos puesto a seis, pero en una situación más emocional que a nivel de trabajo y de juego”, añadió Hernández antes de recalcar que el San Pablo Burgos encara sus tres partidos de esta semana “con la máxima intensidad posible” y el objetivo de lograr “una victoria, como mínimo” para asegurar la sexta plaza.

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