Los blancos, sin bases al timón y sin tiro, suman su cuarta derrota en las últimas cinco jornadas de Liga. Costello, Enoch y Peters ganan también la batalla interior.
Avance | La derrota del Barça en Valencia era una gran ocasión para que el Madrid cogiera impulso en la carrera por el liderato, pero la crisis le ha agarrado fuerte. Ni los diez días de tregua desde la derrota en Kaunas para recargar fuerzas y limpiar la mente han aminorado la sensación de equipo roto. El Bitci Baskonia, cansado de perder, se dio un alegró (72-80). Cuarta victoria en 14 partidos en lo que va de 2022 (aún ninguna en la Euroliga) tras dominar el rebote, perder solo 9 balones y dejar a su rival en un ridículo 4 de 24 en triples. Costello, Enoch y Alec Peters ganaron la batalla de los interiores, con Tavares dando el callo y Poirier y Yabusele desaparecidos. Fontecchio y Granger tuvieron apariciones importantes y Baldwin dio la vuelta al calcetín en el tercer cuarto (parcial de 13-28). El Madrid, ya no hay duda, se ha quedado sin bases, sin timonel ni referentes en el perímetro, a merced de la corriente rival. Cuarta derrota en sus últimos cinco duelos ligueros y la demostración de que en Kaunas no tocó fondo, sino que sigue cayendo. Esta vez 72 puntos después de los 47 ante el Zalgiris, los 59 de la final de Copa, los 68 ante el Barça en la Euroliga y los 51 en Estambul frente al Fenerbahçe. No hay consuelo.
Cuando algo falla o no termina de funcionar con fluidez, el gremio de la informática lo tiene claro: hay que resetear. Y algo de eso trató de hacer el Madrid ante el Baskonia, en su primer partido en diez días tras el parón de las Ventanas de selecciones y la suspensión del duelo en Moscú con el CSKA. Un reinicio para volver al punto de partida, a lo que debería ser con Williams-Goss (dado de alta este domingo en lugar de Thompkins, baja), Abalde, Deck, Yabusele y Tavares. El quinteto en teoría con el que arrancar y crecer. La salida fue pletórica con 8-0 en 2:50 y luego se ralentizó. Buena defensa, pese al acierto de Costello y algún rechace de más cedido en aro propio, pero de nuevo limitaciones ofensivas (0 de 5 en triples).
La entrada de Heurtel trajo fluidez (le acompañaban en las alas Rudy, que clavó dos triplazos, y Taylor con Randolph de ala-pívot), 7 puntos y 4 asistencias del base francés en 9 minutos. Más conexiones activadas y más acierto, lo que empujó al Real al +11: 31-20. Los blancos habían embocado 3 de 5 de tres en el segundo cuarto y repartido 6 asistencias, aunque ningún rechace ofensivo en la primera parte. En el Baskonia, buenos momentos de Granger y Sedekerskis para encarar la reanudación vivito y coleando.
Y más tras la puesta en escena local con Williams-Goss siendo parte y causa del atasco merengue. Solo sumaba con las cargas de Deck. Entró Heurtel y fue igual o parecido y, además, se había caído también la defensa al tiempo que Baldwin se hacía el amo del escenario. Robo y mate a la carrera del americano antes de pedir el cambio a Spahija (9 tantos, 4 asistencias y 14 créditos en el tercer acto).
El Baskonia daba la vuelta a la tortilla con maestría y un parcial de 13-28 que dejaba en evidencia a su rival, uno que se ha quedado sin bases. Ni Goss ni Heurtel, así que Laso recurrió a Llull al timón. La respuesta inicial, un 8-0 con cinco tantos del menorquín (59-59) y luego, otra vez, atasco general, dos triples que no tocaron aro y una pérdida. Fuera de onda en ataque, a la deriva absoluta y superado por las cargas de Fontecchio y Costello: 61-71. Regresaba Heurtel. Tarde e insuficiente. Solo con tiros libres no habría remontada. Golpe en el pecho del Baskonia en plena confirmación de las miserias blancas.